Clara Zetkin fue una de las socialistas europeas que propuso en 1910, -en el marco del II Encuentro Internacional de Mujeres Socialistas, realizado en Copenhague-, instaurar un día en homenaje a las mujeres obreras que habían dado su vida por exigir mejores condiciones laborales, tras los acontecimientos ocurridos en Nueva York dos años antes.
A principios del siglo XX, las condiciones laborales de las obreras del sector textil eran lamentables. Salarios de hambre, jornadas agotadoras, prohibición de asociarse, nula protección por enfermedad o maternidad, era el día a día para miles de mujeres neoyorkinas que mantenían la floreciente industria manufacturera de la zona.
El 8 de marzo de 1908, cuarenta mil trabajadoras se lanzaron a la calle y se declararon en huelga para pedir mejores condiciones. Algunos empresarios, temiendo las pérdidas ocasionadas por la huelga, encerraron a sus trabajadoras en las fábricas. La Cotton Textile Factory en Washington Square,-Nueva York- fue una de ellas. Durante los disturbios, algunas bombas incendiarias -lanzadas según algunas fuentes por los mismos propietarios para dispersar a la multitud- alcanzaron el edificio, y se produjo un incendio incontrolable.
Las obreras, atrapadas, no pudieron escapar, y 129 perdieron la vida en el fuego.
"...como persona, como mujer y como esposa,
no tiene la menor posibilidad de desarrollar su individualidad.
Para su tarea de mujer y madre
sólo le quedan las migajas
que la producción capitalista deja caer al suelo..."
Clara Zetkin
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