miércoles, 14 de julio de 2010

LOS TERCIOS DE SUDÁFRICA

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El Wilhelmus -himno de los Paises Bajos- fue compuesto en honor al príncipe Guillermo, que luchó por la independencia de los Países Bajos a mediados del siglo XVI durante la Guerra de los Ochenta Años, -que empezó en 1568 con Felipe II, y terminó en 1648 con Felipe IV-, en la Paz de Westfalia:

"Guillermo de Nassau
soy yo, de sangre germánica
a mi patria fiel
permaneceré hasta que muera.

Un príncipe de Orange
soy, libre y valeroso
al Rey de España
siempre le he honrado"
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En 1590, con Mauricio de Nassau-Orange (cuarto hijo de Guillermo) como estatúder de las Provincias Unidas de los Países Bajos, la ciudad de Breda fue tomada por los holandeses. La tregua de los doce años mantuvo el país en calma entre 1609 y 1621. Cuando el rey de España Felipe IV subió al trono en 1621, la tregua expiró y la guerra comenzó de nuevo. La intención del monarca era recuperar la plaza, tan importante para maniobrar en otras conquistas.

Felipe IV nombró como jefe supremo de la expedición a Breda al mejor estratega a su servicio conocido en aquella época, al aristócrata genovés Ambrosio de Spinola, que se puso al mando de 40.000 hombres :-) más un buen número de generales españoles, como el marqués de Leganés y don Carlos Coloma, militares muy famosos.

La ciudad de Breda estaba defendida por Justino de Nassau, de la casa de Orange. El cerco y sitio a la ciudad fue una lección de estrategia militar. Las crónicas de la época cuentan que la defensa de Breda llegó a ser heroica, pero la guarnición tuvo que rendirse y levantar la bandera.




Justino de Nassau capituló el día 5 de junio de 1625. -Bert Van Marwijk, el 11 de julio de 2010-. Fue una capitulación honrosa que el ejército español reconoció como tal, admirando en su enemigo la valentía de los asediados. Por estas razones permitió que la guarnición saliera formada en orden militar, con sus banderas al frente.




Los generales españoles dieron la orden de que los vencidos fueran rigurosamente respetados y tratados con dignidad. Las crónicas cuentan también el momento en que el general español Spinola esperaba fuera de las fortificaciones al general holandés Nassau. La entrevista fue un acto de cortesía, el enemigo fue tratado con caballerosidad, sin humillación. Este es el momento histórico que eligió Velázquez para pintar su cuadro.




Tras la Paz de Westfalia (Münster, 24 de octubre de 1648) la religión dejó de ser esgrimida como casus belli, y se logró el equilibrio europeo con la aceptación del principio de soberanía territorial, la no injerencia en asuntos internos y el trato de igualdad entre los Estados independientemente de su tamaño. Sus efectos se mantuvieron hasta las guerras y revoluciones nacionalistas del S. XIX.

España firmó la paz con las Provincias Unidas de los Países Bajos en junio de 1648 reconociendo su independencia, que era un hecho desde que en 1609, -con Felipe III-, se firmara la Tregua de los doce años. Los Países Bajos españoles, que no buscaban la independencia, continuaron perteneciendo a la monarquía española hasta principios del siglo XVIII.



El capitán de los Tercios de Sudáfrica con el futuro Felipe VI.
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