José Luis Rodríguez Zapatero tiene previsto reunirse con patronal y sindicatos para definir el nuevo modelo productivo que va a sacar al país de la crisis, gracias a la tecnología y la innovación. Pero tal vez el presidente del Gobierno debería reunirse antes con los técnicos de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT), que tiene malos augurios para la futura salud de Internet.
Un informe de este organismo ha revelado que más de la mitad de la población no tendrá acceso a las nuevas redes de fibra óptica porque a las compañías privadas no les resultaría rentable desplegarlas en zonas poco pobladas. Así que salvo que haya inversión pública (Estado, autonomías o ayuntamientos), tendrán que conformarse con el ADSL o las actuales redes de los operadores de cable.
La CMT estima, en el escenario más conservador contemplado, que en los próximos 15 años -2008 a 2023- sólo entre el 43% y el 46% de las viviendas españolas podrían disponer de un acceso de fibra óptica hasta el hogar proporcionado por Telefónica o por algún operador alternativo (en el supuesto más optimista, el porcentaje se elevaría al 65%).
Por eso, la CMT aconseja "la actuación de los poderes públicos para que los nuevos servicios basados en redes de nueva generación también puedan ser disfrutados por los residentes de estas áreas que resultan menos atractivas en términos de inversión".
La tecnología de fibra hasta el hogar (FTTH, siglas en inglés de Fiber to the Home) permite ofrecer servicios que ocupan mucha banda como la televisión o el vídeo de alta definición o las descargas masivas de datos, con velocidades superiores a 100 megabytes por segundo (Mbps). En España, sólo Telefónica, que ofrece servicios comerciales en algunos hogares desde 2008, y el Principado de Asturias, con un proyecto piloto en los valles mineros, ofrecen esta tecnología. En Japón, más de cinco millones disponen ya de fibra.
El informe de la CMT apunta que Madrid y Barcelona son las dos ciudades que presentan un mayor atractivo para estos despliegues, dado que la densidad de población y la riqueza permitirían rentabilizar su inversión en 15 años a Telefónica y entre dos y tres operadores alternativos. El resto de poblaciones de entre 1.000 y un millón de habitantes podrían disfrutar, como mucho de una sola red además de la Telefónica.
El estudio hace una serie de proyecciones que no apuntan tampoco al optimismo. Por ejemplo, que la penetración de la banda ancha pasará del actual 20% a sólo el 40% de la población, un porcentaje con el que ya cuenta ahora Dinamarca. El mercado seguirá dominado por Telefónica que sólo perderá dos puntos de cuota de mercado, hasta el 54%.
El estudio considera que en aquellas ciudades con más de 50.000 habitantes los operadores alternativos que desplieguen nuevas redes podrían, como muy tarde, recuperar la inversión en un plazo de entre nueve y 12 años. El plazo en ciudades de entre 5.000 y 50.000 habitantes se situaría entre los 13 y los 14 años, mientras que en las poblaciones más pequeñas (menos de 1.000 habitantes) los operadores alternativos prácticamente no tendrían presencia.
El informe de la CMT no ha sido recibido precisamente con euforia por un sector que acusa la crisis económica en forma de ralentización de las altas en banda ancha, y acosado por la fiscalidad, como la nueva tasa para financiar TVE que le acaba de endosar el Gobierno.
Para los consumidores tampoco es buena noticia. La escasa competencia no ayudará a bajar el precio de la conexión a Internet. España figura entre los países más caros según informes de la Comisión Europea, la propia CMT y la OCDE. Un informe de esta última institución recién publicado señala a España como el cuarto país con acceso más caro entre los desarrollados.
Un informe de este organismo ha revelado que más de la mitad de la población no tendrá acceso a las nuevas redes de fibra óptica porque a las compañías privadas no les resultaría rentable desplegarlas en zonas poco pobladas. Así que salvo que haya inversión pública (Estado, autonomías o ayuntamientos), tendrán que conformarse con el ADSL o las actuales redes de los operadores de cable.
La CMT estima, en el escenario más conservador contemplado, que en los próximos 15 años -2008 a 2023- sólo entre el 43% y el 46% de las viviendas españolas podrían disponer de un acceso de fibra óptica hasta el hogar proporcionado por Telefónica o por algún operador alternativo (en el supuesto más optimista, el porcentaje se elevaría al 65%).
Por eso, la CMT aconseja "la actuación de los poderes públicos para que los nuevos servicios basados en redes de nueva generación también puedan ser disfrutados por los residentes de estas áreas que resultan menos atractivas en términos de inversión".
La tecnología de fibra hasta el hogar (FTTH, siglas en inglés de Fiber to the Home) permite ofrecer servicios que ocupan mucha banda como la televisión o el vídeo de alta definición o las descargas masivas de datos, con velocidades superiores a 100 megabytes por segundo (Mbps). En España, sólo Telefónica, que ofrece servicios comerciales en algunos hogares desde 2008, y el Principado de Asturias, con un proyecto piloto en los valles mineros, ofrecen esta tecnología. En Japón, más de cinco millones disponen ya de fibra.
El informe de la CMT apunta que Madrid y Barcelona son las dos ciudades que presentan un mayor atractivo para estos despliegues, dado que la densidad de población y la riqueza permitirían rentabilizar su inversión en 15 años a Telefónica y entre dos y tres operadores alternativos. El resto de poblaciones de entre 1.000 y un millón de habitantes podrían disfrutar, como mucho de una sola red además de la Telefónica.
El estudio hace una serie de proyecciones que no apuntan tampoco al optimismo. Por ejemplo, que la penetración de la banda ancha pasará del actual 20% a sólo el 40% de la población, un porcentaje con el que ya cuenta ahora Dinamarca. El mercado seguirá dominado por Telefónica que sólo perderá dos puntos de cuota de mercado, hasta el 54%.
El estudio considera que en aquellas ciudades con más de 50.000 habitantes los operadores alternativos que desplieguen nuevas redes podrían, como muy tarde, recuperar la inversión en un plazo de entre nueve y 12 años. El plazo en ciudades de entre 5.000 y 50.000 habitantes se situaría entre los 13 y los 14 años, mientras que en las poblaciones más pequeñas (menos de 1.000 habitantes) los operadores alternativos prácticamente no tendrían presencia.
El informe de la CMT no ha sido recibido precisamente con euforia por un sector que acusa la crisis económica en forma de ralentización de las altas en banda ancha, y acosado por la fiscalidad, como la nueva tasa para financiar TVE que le acaba de endosar el Gobierno.
Para los consumidores tampoco es buena noticia. La escasa competencia no ayudará a bajar el precio de la conexión a Internet. España figura entre los países más caros según informes de la Comisión Europea, la propia CMT y la OCDE. Un informe de esta última institución recién publicado señala a España como el cuarto país con acceso más caro entre los desarrollados.
Las nuevas redes de Internet
sólo llegarán a la mitad de la población
Ramón Muñoz
elpais.com 22.05.09
Estudio sobre el despliegue de FTTH
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