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La Janucá es una fiesta judía que tiene lugar a finales del mes de Kislev (diciembre) y dura ocho días.
En ella se conmemeora la purificación del Templo de Jerusalén en el año 165 a. C. después del levantamiento de los hermanos Macabeos ante el griego Antinoco Epifanes, quien había prohibido el culto a Dios en el Templo, implantando el culto a Zeus o Júpiter, e intentando que los judíos asimilasen las costumbres y la cultura helenísticas.
El uso de la luz en esta fiesta es en recuerdo de una leyenda recogida en las tradiciones judías, que tuvo lugar cuando al volver a encender la lámpara del Sancta Sanctorum, se advirtió que no quedaba aceite consagrado más que para un día y a pesar de ello la luz permaneció encendida durante los ocho días que duró la rebelión, hasta que ésta triunfó.
En conmemoración del suceso, la fiesta dura ocho días, encendiéndose cada noche una luz adicional en la hanukiyá, un candelabro que contiene ocho receptáculos para mecha y aceite, más uno auxiliar. En la octava noche, todas las luces de la lámpara están encendidas. Esta lámpara debe colocarse en un sitio visible desde el exterior, para que se sepa que la casa es un hogar judío.
Los niños son los protagonistas principales de esta fiesta : se les obsequia con monedas u otros regalos y juegan con un trompo, sevivón, de cuatro costados, (NUN, HEI, GUIMEL, SHIN) en los que figuraban las letras hebreas de la frase que significa : "un gran milagro ha ocurrido allí" Para jugar, todos apuestan dos cosas (de entre las golosinas)que se colocan juntas en un recipiente en el centro de la mesa. Por turnos, el jugador hace girar el sevivón. Si sale HEI, el jugador gana la mitad de la apuesta. Si sale NUN, no gana nada. Si sale SHIN, el jugador debe aportar dos cosas más a la apuesta. Y si sale GUIMEL, el jugador gana todo lo contenido en el recipiente.
La Janucá es una fiesta judía que tiene lugar a finales del mes de Kislev (diciembre) y dura ocho días.
En ella se conmemeora la purificación del Templo de Jerusalén en el año 165 a. C. después del levantamiento de los hermanos Macabeos ante el griego Antinoco Epifanes, quien había prohibido el culto a Dios en el Templo, implantando el culto a Zeus o Júpiter, e intentando que los judíos asimilasen las costumbres y la cultura helenísticas.
El uso de la luz en esta fiesta es en recuerdo de una leyenda recogida en las tradiciones judías, que tuvo lugar cuando al volver a encender la lámpara del Sancta Sanctorum, se advirtió que no quedaba aceite consagrado más que para un día y a pesar de ello la luz permaneció encendida durante los ocho días que duró la rebelión, hasta que ésta triunfó.
En conmemoración del suceso, la fiesta dura ocho días, encendiéndose cada noche una luz adicional en la hanukiyá, un candelabro que contiene ocho receptáculos para mecha y aceite, más uno auxiliar. En la octava noche, todas las luces de la lámpara están encendidas. Esta lámpara debe colocarse en un sitio visible desde el exterior, para que se sepa que la casa es un hogar judío.
Los niños son los protagonistas principales de esta fiesta : se les obsequia con monedas u otros regalos y juegan con un trompo, sevivón, de cuatro costados, (NUN, HEI, GUIMEL, SHIN) en los que figuraban las letras hebreas de la frase que significa : "un gran milagro ha ocurrido allí" Para jugar, todos apuestan dos cosas (de entre las golosinas)que se colocan juntas en un recipiente en el centro de la mesa. Por turnos, el jugador hace girar el sevivón. Si sale HEI, el jugador gana la mitad de la apuesta. Si sale NUN, no gana nada. Si sale SHIN, el jugador debe aportar dos cosas más a la apuesta. Y si sale GUIMEL, el jugador gana todo lo contenido en el recipiente.
Etiquetas:Janucá en Madrid
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