martes, 28 de abril de 2009

CARLA Y TODOS LOS DEMÁS


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Carla Bruni Sarkozy no llegó a Madrid vestida de Dior, sino enfundada en un conjunto de Azzedine Alaïa, diseñador tunecino que a finales de los 50 se afincó en Francia (y que trabajó para Dior). Elegancia con gracia, el vestido negro iba acompañado por una camisa bolero blanca de cuello y puños armados. Como complementos, un bolso de Roger Vivier y unos zapatos de Christian Louboutin de medio tacón, fáciles de reconocer por su suela roja.



En el almuerzo ofrecido al matrimonio Sarkozy por los Reyes en el Palacio de la Zarzuela, la Primera Dama de Francia volvió a Dior, con un vestido de seda estampado azul noche de John Galliano para la «maison». Y de nuevo también, calzaba Louboutin.
Ahí se encontró con la Princesa de Asturias, con un vestido tableado de Felipe Varela en color berenjena que combinó con tacones de vértigo y punta redonda de Magrit.





Las joyas por la parte francesa, eran de la casa Chaumet, la que en su día fue proveedora oficial de Napoleón Bonaparte.

Por la parte española, de real herencia familiar.



Para la cena de gala en el Palacio de Oriente, la autóctona llevó uno de esos 20 trajes de noche que Lorenzo Caprile hizo para ella en 2005; uno principesco en raso al bies en tono verde Nilo, con cola. La foránea, con un Dior azul Prusia, fue el colmo de la elegancia.







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