lunes, 20 de octubre de 2008

SADAE

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Paco Huelva, el de Huelva de toda la vida, ha aparecido. Menos mal, mira que le echaba de menos. Abro con toda la ilusión su mensaje:

Me han diagnosticado que padezco SADAE: Síndrome de Atención Deficiente Activado por la Edad.

Se manifiesta así:
Decido lavar el coche. Al ir hacia el garaje, veo que hay correo en la mesita de la entrada. Decido echar un vistazo a las cartas antes de lavar el coche. Dejo las llaves del coche en la mesita, voy a tirar los sobres vacíos y los anuncios en el cubo de la basura y me doy cuenta de que está lleno. Decido dejar las cartas, entre las que hay una factura, en la mesita, y llevar el cubo a vaciar en el contenedor. Entonces pienso que, ya que voy al contenedor, puedo pagar la factura con un cheque y echarlo en el buzón que está al lado del contenedor. Saco del bolsillo el talonario de cheques y veo que sólo queda uno. Voy al despacho a buscar otro talonario y encuentro sobre la mesa la Coca Cola que me estaba bebiendo y se me había quedado olvidada. Retiro la lata para que no se vierta sobre los papeles y noto que se está calentando, por lo que decido llevarla a la nevera. Al ir hacia la cocina me fijo en que el jarrón de flores de la cómoda de la entrada está sin agua. Dejo la Coca Cola sobre la cómoda y descubro las gafas de cerca que he estado buscando toda la mañana. Decido llevarlas a mi escritorio en el despacho y después, poner agua a las flores. Llevo las gafas al despacho, lleno una jarra de agua en la cocina y de repente, veo el mando del televisor. Alguien se lo ha dejado en la mesa de la cocina. Me acuerdo que anoche lo estuvimos buscando como locos. Decido llevarlo al salón, donde debe estar, sobre la mesa y cojo unos trapos para secar el agua. Voy hacia el hall tratando de recordar qué es lo que quería hacer con estos trapos. Al final de la tarde el coche sigue sin lavar, no he pagado la factura, el cubo de la basura está lleno, hay una lata de Coca Cola caliente en la cómoda, las flores siguen sin agua, sigue habiendo un solo cheque en mi talonario, no consigo encontrar el mando de la tele ni mis gafas de cerca, hay una fea mancha en el parquet de la entrada y no tengo ni idea de dónde están las llaves del coche. Me quedo pensando cómo puede ser que sin haber hecho nada en toda la tarde haya estado todo el rato danzando y me encuentre tan cansado.

Hazme un favor: envía este mensaje a todos los que conozcas, porque no me acuerdo bien de a quién se lo he enviado y no te rías, porque si aún no te ha llegado, ya caerás.

P.D: Perdón por la letra tan grande, pero aun no he encontrado las gafas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Reconozco el síndrome. ¡Que le vamos a hacer!, el tiempo no perdona. Menos mal que el reirse de uno mismo también va con la edad.

La Cibeles dijo...

...pa mí que el síndrome es más masculino que femenino...y que ataca desde pequeños...la complejidad de hacer más de una cosa a la vez...ji ji ji...