"Cuando los dioses ya no existían y Cristo no había aparecido aún, hubo un momento único, desde Cicerón hasta Marco Aurelio, en que solo estuvo el hombre"
(Flaubert )
Memorias de Adriano es el autorretrato de un hombre sabio que al final de su existencia y ante la inminencia de su muerte, que asume con serenidad, rememora su vida.
Es la historia de un emperador romano culto, sensible, libre y solitario, que formula una profunda reflexión sobre la vida y el destino del ser humano.
Marguerite Yourcenar parece buscar -en la autobiografía novelada del emperador, bajo la forma de cartas escritas por éste a su sobrino-, en la antiguedad clásica, las claves para las tragedias contemporáneas.
Sueña, a través de él, con un hombre de Estado ideal, capaz de estabilizar la tierra, y construir su felicidad como una obra maestra.
Con él comparte la escritora una sabiduría inspirada de las doctrinas orientales que consiste en prepararse para la muerte con "los ojos abiertos".
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