miércoles, 12 de noviembre de 2008

CUENTOS DE PRINCESAS


Fue todo un gesto. La princesa Masako, de 44 años y esposa del príncipe heredero Naruhito, conocida como la “princesa cautiva” dejó ayer por unos minutos los muros de su palacio para acudir con su marido a dar la bienvenida a los Reyes de España, que fueron acogidos por los emperadores Akihito y Michiko. Asistió tan solo a la ceremonia oficial, celebrada en el patio del palacio imperial. Luego se montó en un coche, saludó con la mano a los periodistas y, tras esbozar una sonrisa, desapareció. Por la noche, Naruhito acudió sólo, como es habitual desde que Masako se hundió en una depresión hace ya más de cinco años, a la cena en honor de Don Juan Carlos y Doña Sofía.

El año pasado, el príncipe heredero anunció que Masako había iniciado una “lenta recuperación”, pero aseguró que era una cuestión “a largo plazo” y pidió “comprensión” para entender la retirada de su esposa de la vida oficial.

Licenciada en Derecho por la Universidad de Tokio, en Economía por la de Harvard y con un post grado de Oxford en Relaciones Internacionales, la brillante diplomática Masako estaba llamada a ser, tras su boda con Naruhito en 1993, la mujer que “modernizaría” el rígido protocolo de la dinastía más antigua de la Tierra. Sería la primera emperatriz con estudios universitarios y la primera que hablaría varios idiomas.

Pero la presión para que diera a luz un hijo varón acabó por minarla. Después del aborto sufrido en diciembre en 1999, el alumbramiento, dos años después, de su hija Aiko no le devolvió la alegría. La Constitución japonesa de 1946 no reconoce a las mujeres como herederas al trono y Aiko desató la polémica sobre la conveniencia de una reforma Constitucional.

Encerrada en su palacio, Masako recibió con alivio el nacimiento en septiembre de 2006 de Hisahito, hijo de Akishino, hermano menor del príncipe heredero, que permitía proseguir la línea sucesoria. Esto facilitó la reaparición de la “princesa cautiva” en alguna actividad de arte y cultura, como una exposición de fotos de la familia imperial a la que acudió con su hija el mes pasado.

Sin embargo, casi dos tercios de la población japonesa está a favor de que se cambie la Constitución y se permita a Aiko convertirse en emperatriz. La absoluta mayoría de las japonesas, que sufren la presión de sus suegras, se identifican con Masako y la apoyan moralmente.

Naruhito y Masako, que se conocieron en 1986 en Tokio durante una recepción oficial a la infanta Helena, aparecieron también juntos recientemente para acallar los rumores sobre un posible divorcio de la pareja. Sería el primer divorcio en la Corte Imperial. Al parecer, por amor a Masako, Naruhito ha ofrecido abdicar en su hermano Akishino.

El periodista australiano Ben Hills publicó en noviembre de 2006 Princesa Masako: Prisionera del Trono del Crisantemo, en el que relata, tras hablar con numerosas personas pero nunca con Masako, los sufrimientos de la princesa. El Gobierno japonés, que lo calificó de “insultante”, se opuso a su publicación en Japón, aunque la traducción apareció a finales del año pasado. El libro asegura que Aiko es fruto de una inseminación in vitro.



http://www.elpais.com/articulo/agenda/Masako/deja/encierro/recibir/Reyes/elpepugen/20081111elpepiage_2/Tes

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