martes, 19 de febrero de 2008

YA TE DIGO



Lumbalgia, dermatitis, sorderas, problemas de fertilidad o incluso enfermedades infecciosas: la actividad profesional puede pasar factura


Si necesita una excusa para odiar aún más su trabajo, aquí tiene una: le está perjudicando la salud. Dolores de espalda, tendinitis, cefaleas y sorderas son sólo algunas de las posibles consecuencias físicas de la actividad profesional. Según un estudio de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo (Eurofound), el 35% de los trabajadores europeos cree que su actividad profesional afecta a su salud. No hace falta desempeñar una profesión de alto riesgo, como bombero o minero: cualquier trabajo, por apacible que parezca, puede provocar algún tipo de lesión.

Lo más frecuente son las molestias musculoesqueléticas derivadas de las posturas y los esfuerzos realizados en el trabajo, que afectan al 75% de los trabajadores según la VI encuesta de condiciones de trabajo elaborada por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

Manel Fernández, presidente de la Asociación de Especialistas en Prevención y Salud Laboral, explica que estas molestias "se dan en la mayoría de los sectores, tanto en profesiones que exigen un esfuerzo físico como entre el personal de oficina, que pasa mucho tiempo delante del ordenador forzando la musculatura con una posición anatómicamente incorrecta". Y es que el 55,4% de los españoles realiza en su trabajo movimientos repetitivos de manos o brazos y un 52,4% se ve obligado a mantener constantemente la misma postura. El resultado son molestias localizadas, especialmente en la zona lumbar (sobre todo entre los empleados de la agricultura y la construcción), en el cuello y en la zona alta de la espalda.

Otro problema muy habitual son las sorderas: se calcula que más de 13 millones de europeos sufren pérdidas auditivas por desarrollar su actividad laboral en un entorno de ruido elevado. Algunos de los sectores con mayor riesgo para el oído son la construcción, la metalurgia, la minería, la industria gráfica o la industria de la madera. Además, los expertos aseguran que el ruido en el trabajo favorece los trastornos cardiovasculares, produce problemas de voz y puede constituir un riesgo para el feto durante el embarazo.

La piel también puede sufrir en el trabajo: según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, en la última década se ha duplicado el número de pacientes con dermatitis derivadas de la actividad profesional. Los más afectados son los empleados de la construcción, peluquerías, fábricas de conservas, metalurgia, fundición, limpieza e industria gráfica. Manel Fernández destaca que algunas profesiones están sometidas a riesgos menos evidentes pero muy graves, como los biológicos: "Por ejemplo, los trabajadores del sector alimentario manipulan constantemente animales o comida que puede no estar bien controlada - destaca-, y el personal de investigación suele manejar virus, vacunas y otros productos potencialmente peligrosos. En cuanto al sector sanitario, que implica a miles de personas, o los cuerpos de seguridad, como los trabajadores de prisiones, el personal está a menudo en contacto con enfermedades infecciosas como sida o hepatitis". Además, el 27,5% de los trabajadores manipula o respira productos tóxicos o nocivos, especialmente en la construcción y la industria. Algunos, como el amianto, pueden tener efectos cancerígenos.

Pere Creus, portavoz del departamento de salud laboral de CC. OO. de Catalunya, lamenta que en general los trabajadores no son conscientes de todos estos riesgos para su salud porque "no tienen la suficiente formación ni información", sobre todo los de pequeñas empresas con menos recursos dedicados a la prevención de riesgos laborales. Por eso, "cuando sufren alguna dolencia o enfermedad muchos no se imaginan que pueda haber sido causada o agravada por su trabajo y acuden a su médico de cabecera en lugar de a la mutua". El resultado, lamenta Creus, es que "se dan muchísimas más enfermedades laborales de las que oficialmente se declaran"

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Trabajar perjudica la salud
Nuria Peláez
(La Vanguardia - 18.02.08)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

En mi curro no deben existir las enfermedades laborales, creo que la empresa ni tan siquiera sabe que es eso

Anónimo dijo...

eso digo yo que es eso?

la realidad es otra cibe, y muy diferente,,,

un abrazo tu amigo

pepe

Anónimo dijo...

La última moda en RRHH para reducir el absentismo por parte de las empresas no es descontar por faltar, sino un paso más allá: no pagar el día desempeñado y descontar, obligando al trabajador a devolver las horas en forma de extras...


nada, ñoñerías

:-(

La Cibeles dijo...

hispanidad.com
19.02.08


Bernat Soria advierte: “La relación coste/beneficio en la Sanidad será uno de los temas de debate en el futuro”

¿Los límites de la investigación? La justicia social y la sostenibilidad del sistema de protección social. La investigación ¡no puede ser ajena a cuestiones morales!

Soria comparecía este lunes en el Club Siglo XXI. Le presentaba Antonio Garrigues, quien señaló que la medicina regenerativa pronto será “el tema” y que “eso no hay quien lo pare”. Alabó a Soria por ser un “modernizador”, algo que en su opinión, “es tarea especialmente difícil en los países latinos”. Defendió la investigación biomédica y presentó a Soria como un médico, investigador, científico “y ahora político”.
Soria hizo un discurso propagandístico de la buena labor del Gobierno en materia de I+D, que todo era en el fondo sanidad y que la apuesta por la modernización del país es clara. Así sacó pecho de los siguientes extremos:

- La inversión en política social ha pasado de 1642 millones en el 2004 a 4.757 millones en 2008.

- La reducción en el consumo del tabaco gracias a la Ley Antitabaco ha sido del 2%: 750.000 fumadores han abandonado el vicio.

- La inversión sanitaria en NNTT entre el 2006 y el 2008 ha sido de 252 millones de euros

- La inversión en I+D+i pasó de 2.790 millones en 2004 a casi 8.000 millones en 2008.

- La inversión privada en I+D+i es tan sólo un 32,4% frente al 50% de media en la UE. El objetivo es que en 2010 sea del 55%.

- Nuestro peso investigador no se corresponde con ser la octava potencia mundial

- Tenemos un nivel de conocimiento similar a Suiza, pero registramos muchas menos patentes.

Además, adelantó algunas promesas electorales.

- Promoción de una Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación.

- Reforma del Código Penal para tipificar las agresiones a los médicos y personal sanitario.

- Promover un “tiempo máximo” de espera cuando puede ser causa de discapacidad

- Transformación de los institutos de investigación en agencias estatales que actúen con menos burocracia y más transparencia.

Pero lo más interesante llegó al final. El ministro reiteró su apuesta por la investigación y la “modernización”, pero señaló que la investigación “no es un fin en sí mismo” y que “no puede ser ajena a consideraciones morales”. Vaya, avanzamos. ¿Cuáles son esos criterios morales? “La justicia social, el desarrollo económico y la sostenibilidad del sistema de protección social”. En resumen: que se mueran los viejos que cuestan mucho. Hispanidad le preguntó en una ocasión si la eutanasia que promovía tenía un transfondo económico. El ministro encolerizó. Pero ya se ve que la pregunta de Hispanidad -desgraciadamente- no iba mal encaminada. Porque el ministro se permite afirmar que “la relación coste/beneficio será uno de los temas de debate del futuro”. Hagan el favor de no ponerse enfermos.

Anónimo dijo...

¡Jopé, Cibe! Eres una enciclopedia en temas de actualidad.
SALUDOS