lunes, 2 de abril de 2007

ELLOS

Me despiertan a diario o en fin de semana. Me ponen horarios y me imponen rutinas. Me despiden. Me reciben. Y me dan besitos cada vez. Me esperan en la puerta cuándo oyen mis pasos. Comemos, dormimos, y soñamos. Nos miramos y nos entendemos. Juegan conmigo hasta que juego con ellos. Se mueren por mí y por estar en Internet. Me creo que les cuido, pero sé que es viceversa. Ni me acuerdo de todo lo que he aprendido de ellos. Amor de hierro con tacto de seda. Cuenta una leyenda que un gato se quedó dormido sobre la túnica de Buda; éste, para no molestarle, cortó el pedazo de tela alrededor del felino y se alejó sin despertarle.

Domesticada me tienen.


Tara

2 comentarios:

TonioMadrid dijo...

mira q llevan ¿cuánto?, 2500, 5000, 7500 años entre nosotros y los canes decenas o centenas de miles...

Nos fascina su independencia, "animalidad" interesada y fíjate que se llevan toneladas mejor con las mujeres que con los hombres, será q somos menos detallistas, en líneas generales somos más perrunos, en mi caso alimento a todo bicho viviente ques e me acerque, llámense gatos/perros/ o especie indeterminada

Siempre me recordaron en casa que con 3 años -o menos- les sacaba salchichas calientes, sardinas y leche a los gatos de la urbanización, cuando maullaban...

La Cibeles dijo...

Pienso que aman a sus "padres" "madres" y "hermanos", independientemente del sexo que los humanos tengan... la palabra "am@" me repele...su animalidad interesada sigue una lógica que ya quisieramos los humanos...a veces es más agradable pertenecer a la camada que a la familia...