...es la de San Antonio de la Florida...
Primera verbena del año en Madrid: l@s madrileñ@s al ritmo del organillo recogen los panecillos, prueban suerte en el amor en la pila de alfileres o visitan los frescos de Goya. La cola más larga, la de recoger el pan del Santo: 45.000 panecillos de San Antonio se reparten después de la primera misa, "uno para comer en el día y otro para guardar y que no falte el pan en la casa en todo el año" Se "sabe" que San Antonio "tenía la costumbre de dar pan a los más pobres y con el que sobraba, mojarlo en agua, y ofrecérselo a los pajarillos".
En otros tiempos, (parece que vuelven), la orilla izquierda del río Manzanares, a las afueras de la Puerta de San Vicente, era una agradable campiña muy concurrida por los madrileños los días de fiesta. Aquí se erigió en 1732 una ermita con una imagen de San Antonio de Padua, que pronto alcanzó gran devoción popular. A la romería acudían y aún acuden las "casaderas" a pedir al Santo un buen novio, y es una de las tradiciones más castizas de Madrid
Desde que la imagen del Santo se cobijó en la ermita de Churriguera, los devotos y vecinos de Madrid acudían a comer las rosquillas y a bailar en la verbena. Testigos fueron, en diferentes momentos, la Infanta Isabel de Borbón ("la chata"), Federico García Lorca o Luis Buñuel.
La tradición casamentera de San Antonio era ley entre las modistillas madrileñas. El día 13 hay que echar 13 alfileres en la pila bautismal que está fuera de la ermita. A continuación, posar la mano en la pila, y el número de alfileres que se queden prendidos en la palma, corresponderá al número de pretendientes del año, y uno de ellos, a la posible pareja.
A lo largo del siglo XVIII, las reformas urbanas de la zona obligaron a derribar la ermita de San Antonio de la Florida en dos ocasiones y construirla de nuevo en otro lugar. Así, la iglesia primitiva, de Churriguera, fue sustituida por otra de Sabatini y ésta, a su vez, por una tercera que ya sería la definitiva.
El último traslado de la iglesia se originó a causa de las obras del nuevo palacio de La Florida, una gran finca (hoy desaparecida), que daba nombre a la capilla y que había sido adquirida por Carlos IV. Por orden del rey, de 1792 a 1798 el arquitecto Felipe Fontana construyó la nueva ermita, y Francisco de Goya la decoró con magníficos frescos.
Para garantizar la conservación de sus pinturas, el edificio fue declarado Monumento Nacional en 1905 y más tarde, en 1928, se construyó a su lado una iglesia idéntica, para trasladar el culto y reservar la original como museo. Para entonces, esta capilla era además Panteón de Goya. En 1919 se habían trasladado aquí sus restos, traídos desde Burdeos, la ciudad francesa en la que había muerto en 1828.
Desde 1987 el Ayuntamiento de Madrid tiene cedida la custodia de la ermita, con el asesoramiento de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y Patrimonio Nacional, mantiene la propiedad del monumento.
http://es.wikipedia.org/wiki/San_Antonio_de_la_Florida
En otros tiempos, (parece que vuelven), la orilla izquierda del río Manzanares, a las afueras de la Puerta de San Vicente, era una agradable campiña muy concurrida por los madrileños los días de fiesta. Aquí se erigió en 1732 una ermita con una imagen de San Antonio de Padua, que pronto alcanzó gran devoción popular. A la romería acudían y aún acuden las "casaderas" a pedir al Santo un buen novio, y es una de las tradiciones más castizas de Madrid
Desde que la imagen del Santo se cobijó en la ermita de Churriguera, los devotos y vecinos de Madrid acudían a comer las rosquillas y a bailar en la verbena. Testigos fueron, en diferentes momentos, la Infanta Isabel de Borbón ("la chata"), Federico García Lorca o Luis Buñuel.
La tradición casamentera de San Antonio era ley entre las modistillas madrileñas. El día 13 hay que echar 13 alfileres en la pila bautismal que está fuera de la ermita. A continuación, posar la mano en la pila, y el número de alfileres que se queden prendidos en la palma, corresponderá al número de pretendientes del año, y uno de ellos, a la posible pareja.
A lo largo del siglo XVIII, las reformas urbanas de la zona obligaron a derribar la ermita de San Antonio de la Florida en dos ocasiones y construirla de nuevo en otro lugar. Así, la iglesia primitiva, de Churriguera, fue sustituida por otra de Sabatini y ésta, a su vez, por una tercera que ya sería la definitiva.
El último traslado de la iglesia se originó a causa de las obras del nuevo palacio de La Florida, una gran finca (hoy desaparecida), que daba nombre a la capilla y que había sido adquirida por Carlos IV. Por orden del rey, de 1792 a 1798 el arquitecto Felipe Fontana construyó la nueva ermita, y Francisco de Goya la decoró con magníficos frescos.
Para garantizar la conservación de sus pinturas, el edificio fue declarado Monumento Nacional en 1905 y más tarde, en 1928, se construyó a su lado una iglesia idéntica, para trasladar el culto y reservar la original como museo. Para entonces, esta capilla era además Panteón de Goya. En 1919 se habían trasladado aquí sus restos, traídos desde Burdeos, la ciudad francesa en la que había muerto en 1828.
Desde 1987 el Ayuntamiento de Madrid tiene cedida la custodia de la ermita, con el asesoramiento de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y Patrimonio Nacional, mantiene la propiedad del monumento.
http://es.wikipedia.org/wiki/San_Antonio_de_la_Florida
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