domingo, 11 de noviembre de 2007

A BUENOS ENTENDEDORES



La paridad necesita una conciliación efectiva y repensar muchas estructuras organizativas

El último informe sobre diferencias de género del World Economic Forum destaca que España se ha situado entre los 10 países que mayor igualdad proporciona a hombres y mujeres. A este salto han contribuido sin duda las medidas de paridad impulsadas por el Gobierno. Esta paridad legal es un requisito necesario pero no suficiente para romper la enorme brecha que separa a hombres y mujeres a la hora de acceder a puestos de responsabilidad.

Así lo demuestra la distribución del poder entre hombres y mujeres en la administración local, a pesar de que en las últimas elecciones la Ley de Igualdad imponía la paridad -que ningún sexo tuviera más del 60% o menos del 40% de los puestos- en los municipios de más de 5.000 habitantes. Ello ha conducido a que el 39% de todos los nuevos concejales sean mujeres, pero el 85% de las alcaldías están en manos de hombres y ellos son también los que acaparan las carteras de mayor presupuesto.

El hecho de que ellas ocupen, en cambio, el 91% de las concejalías de Igualdad significa que aún se considera que éste es un asunto de mujeres y no un objetivo de toda la sociedad. Y esto ocurre con una recién estrenada Ley de Igualdad que, recordémoslo, está recurrida por el PP ante el Tribunal Constitucional precisamente porque impone cuotas en las listas.

Cambian las leyes, pero las mentalidades no tanto. El progreso es tan lento y requiere tanto esfuerzo adicional por parte de las mujeres que muchas sienten ya una enorme fatiga histórica por tener que seguir luchando por lo que durante tantos siglos se les ha negado y sobre el papel ya han conseguido. Signos de fatiga que se observan también en el mundo de la empresa, donde el 30% de las mujeres ejecutivas abandona su cargo porque es incompatible con su vida familiar.

El movimiento feminista ha atribuido a la resistencia de los hombres a compartir los puestos de responsabilidad y asumir las tareas del hogar el techo de cristal que les impedía ascender a puestos de responsabilidad. Sin duda, éste es un factor determinante. Pero no cabe duda de que sobre ese techo de cristal actúan también otros factores. Ahora que la igualdad de acceso a la educación ha permitido a las mujeres acreditar unos niveles de formación y una preparación comparables a la de los hombres, ahora que ocupan mayoritariamente las bases de la academia, la medicina o la judicatura y tienen una presencia elevada en muchos otros sectores, siguen sin avanzar como sería de esperar.

Empresas que quieren promover la paridad en su dirección se encuentran con que muchas mujeres rechazan los cargos, y las que aceptan abandonan al poco tiempo. ¿Por qué cuando pueden, muchas mujeres no quieren? Porque no les compensa. Porque muchas veces el cargo les exige sacrificios personales que no están dispuestas a pagar. Cada vez es más claro que la igualdad no será posible sin conciliación y que la conciliación exige repensar de arriba abajo una estructura organizativa montada por y a la medida de los hombres.



La fatiga de las mujeres
Editorial
El País
10/11/07

5 comentarios:

La Cibeles dijo...

http://es.youtube.com/
watch?v=OQnldvA50hc

Anónimo dijo...

La verdad, es que es un comentario que no por sabido deja de dar que pensar. Es más, en los estudios universitarios que cita el editorial, no dice que, además, en la Universidad, en la Judicatura y en la Administración, son las mujeres las que mejores calificaciones obtienen y las que son ya mayoría.
SALUDOS

Anónimo dijo...

la distribucion de poder entre hombres y mujeres...... menudo tema.

por cierto bonitas piernas...

un abrazo. pepe

La Cibeles dijo...

Menudo tema...bonitas piernas...que por cierto son de policias...

Pero el post no va de piernas
;-) , y en realidad el título debería ser "Aviso para navegantes", pero que no quiero asustar a nadie...

La Ley para la igualdad EFECTIVA va a entrar en vigor con virulencia, dado que en los meses pasados no parece que nadie/ninguno hay pensado que la cosa iba "con ellos" (empresas, sindicatos, Administración, empresas que contratan con la Administración
:-)
Ya había oído algo sobre el tema, pero cuándo la cosa se lanza en Editorial de El País quedan pocas dudas: es un aviso a navegantes-tes y no t@s :-)
Y no se trata de la "distribución de poder", pepe mío, se trata de "a igual puesto igual salario", "acceso a todos los puestos", "acceso a los consejos de, paridad entre tontas y tontos.

Pero lo mejor va a ser lo de la conciliación: con horarios iguales, es más difícil llegar a casa cuándo se está seguro de que los niños ya están bañados :-)

Claro que hay mujeres en la Universidad, en la Judicatura y en la Administración...pero a las más capaces no les compensa asumir agotadoras jornadas dobladas y a destajo todo el año...ni a las empleadas, ni a las empleadoras...

Seguiremos informando...creo...

La Cibeles dijo...

Las ejecutivas tiran la toalla
Marta Vázquez-Pimentel
Berlín, República de Alemania - 14/11/2007
El País

Me ha parecido muy interesante el artículo sobre las mujeres ejecutivas publicado por EL PAÍS recientemente. Interesante, pero a la vez triste porque es una realidad que no sólo afecta a las ejecutivas, sino también a las mujeres trabajadoras en general: la imposibilidad de conciliar. Tener que elegir es muy duro, después de haberse preparado una para la competitiva vida profesional, porque, y no nos vamos a engañar, por muchas satisfacciones que nos dé la familia (y me refiero principalmente a los hijos), la vida de ama casa "normal" es poco gratificante.

Soy española pero he residido por trabajo y por motivos familiares en diferentes países, uno de ellos, el Líbano. Pero para mi sorpresa, no ha sido éste sino Alemania, el país que más me ha decepcionado como mujer independiente y profesional. Quizás porque esperaba más del país conocido como el motor de Europa. En Alemania existe una presión social tremenda sobre la mujer para que se quede en casa en cuanto decide tener hijos. Y lo peor es que la presión muchas veces la ejercen otras mujeres que, te conozcan o no, mediante comentarios o solamente miradas llegan a hacerte sentir culpable, por el mero hecho de que quieras trabajar. Hasta existe un debate político interminable sobre el tema de si están mejor los niños con sus madres (pocos hombres cogen aquí el permiso de paternidad) o en las guarderías.

Creo que deberíamos ser nosotras, las mujeres, las que libremente decidiéramos si dejar de trabajar o no y el Estado, apoyarnos para encontrar los medios para lograr la conciliación entre la vida familiar y profesional. Son muchos años de lucha para ahora tirar la toalla. Y sobretodo, es muy triste que después de haber adquirido tantos derechos sigan decidiendo por nosotras. A veces no se trata sólo de ego o de dinero, si no de necesidad, otras de tener también el control y otras... que carallo, porque también nos gusta como a ellos la profesión que hemos elegido.