domingo, 25 de noviembre de 2007

LA BIEN QUERIDA


La historia cuenta que en tiempos del rey Salomón, los primeros judíos alcanzaron Sefarad, la bien querida, montados en naves del siempre emprendedor pueblo fenicio, aunque otras leyendas relacionan su llegada con la deportación forzosa del reino de Judá impuesta por Nabucodonosor. Hicieron de España su tierra durante más de quince siglos y sólo la intransigencia religiosa medieval, tanto de cristianos como de musulmanes, borró su presencia de las principales ciudades del país.

La historia de España, que no se entiende separada de la historia de la Sefarad judía, recupera su memoria de la mano de las Ciudades Españolas Patrimonio de la Humanidad, que han programado una apasionante ruta en colaboración con Paradores por los puntos donde el poso hebreo caló más profundo. En coche, durante una semana y pernoctando en encantadores hospedajes es posible recopilar la esencia del pasado más desconocido de España.

El viaje empieza en Segovia, adonde llegaron alrededor del siglo XIII. Aunque se tiene constancia de asentamientos judíos en toda la costa atlántica de la Hispania romana hasta más allá de Gades y en el interior de la Bética, la llegada a las ciudades castellanas tuvo lugar sobre todo a partir de las órdenes de conversión dictadas por los almohades en el sur de la península. En Segovia la aljama contaba con cinco sinagogas, aunque los siglos apenas han dejado constancia de su presencia.

El viajero puede, en cualquier caso, recrear la antigua judería siguiendo la pista del urbanismo típicamente oriental conservado. En la actual comunidad de las monjas clarisas de la plaza de Corpus Christi se erigía la sinagoga principal de la ciudad, lugar que marcaba uno de los vértices de un barrio que se extendía hasta la Canonjía vieja.

Los judíos eran comerciantes y artesanos. En Ávila, siguiente parada en el camino, se habían especializado en la marroquinería. En el paseo por la ciudad de Santa Teresa cita obligada es la visita a las Tenerías de San Segundo, donde se realizaban los trabajos de transformación del material, antes de adentrarnos en la judería vieja por la Puerta de la Malaventura para descubrir en la calle del Pocillo, por ejemplo, la portada de lo que en tiempos fue una sinagoga. Allí, en aquellas calles impregnadas del penetrante olor de los curtidos, residió Mosé León, autor de una de las obras fundamentales de la cábala, el Zöhar o Libro del Esplendor.

En la romana Norba Caesarina, origen de la actual Cáceres, los judíos se habían asentado en tiempos del emperador Tito. Su esplendor llegó en el siglo XV. La tierra, poco poblada y libre aún de prejuicios antisemitas, les era propicia. La cercanía con la marca portuguesa les permitía, además, disponer un método seguro de huida en caso de dificultades.

Córdoba, sede de una academia rabínica, tuvo gran importancia como asentamiento judío durante la época musulmana y tras la reconquista castellana. La aljama de la ciudad, de igual trazado urbanístico que cualquier área musulmana, con dos calles transversales centrales y un laberinto de pequeñas calzadas con frecuentes callejones sin salida, forma parte del área designada Patrimonio de la Humanidad. Amurallada para protegerla de las iras de los cristianos, pronto se hizo pequeña para toda la población. Allí están el Castillo de la Judería, y la puerta de Almodóvar o de los Judíos, la única de las abiertas en las murallas medievales de Córdoba que aún se mantiene en pie.

En Toledo los judíos llevaban viviendo desde la época romana y su gran y laberíntica judería, que contaba con numerosos barrios, ocupaba una décima parte de la ciudad amurallada. En la capital castellano-manchega se encuentra actualmente el Museo Sefardí, ubicado en la antigua Sinagoga del Tránsito, donde se pueden aprender muchos detalles sobre la presencia de estos hombres artesanos, alfareros, plateros o curtidores, que hicieron de la península Ibérica un lugar de convivencia durante el tiempo en el que la intolerancia dominaba Europa.


Redescubriendo las huellas urbanas
de la "bien querida Sefarad"
Jacobo Corujeira
elconfidencial.com
24.11.07


5 comentarios:

Anónimo dijo...

la españa judia... siempre se aprende,

un abrazo y que tengas un buen día.

pepe

Anónimo dijo...

Verdaderamente interesante esta ruta. Te agradecería información sobre ella, si me cuadra, quizás la realice.
MIS SALUDOS

La Cibeles dijo...

Paco:

Yo la hice -con conocimiento- hace unos años.
"Turísticamente", es un poco decepcionante, porque restos-restos hay muy pocos, los que quedan en edificios "transformados". Salvo la gran arquitectura religiosa, en la que se han ido marcando con claridad las fases de todos los "traspasos", en los edificios civiles se "esmeraron" en borrar las huellas, aunque están ahí para el que las pueda ver.

Lo más espectacular está en Toledo (como todo), y desde luego, en muchísimos pueblos españoles hay "rabal" o "raval", y ahí tienes el paseo. La judería total, quizá la de Helvás.

En uno de los link (red de juderías españolas) hay info suficiente, la comunidad está viva, y es activa. En verano hay cursos en Toledo ;-)

Anónimo dijo...

Graciassss

La Cibeles dijo...

Buen finde lo que queda.

Me voy a freir boquerones.

Crema de calabaza: 1/4 de calabaza, una manzana reineta y una cebolla, sal y una guindillita de cayena....chorrito de aceite de oliva crudo, después de la cocción y batidora a conciencia...

;-)