jueves, 17 de enero de 2008

HASTA SAN ANTÓN PASCUAS SON



Por San Antón, crece el día un pasico de ratón.

Las cinco dan ya con el sol del día de San Antón.

San Antón da cueros al lechón, que éstos ya comidos son.

Por San Julián, si lo ves, creció el día un sí es no es. Por San Antón, lleva un paso del demonio. Por San Blas, tiene una hora más. Y tira hasta San Matías, que empareja la noche con el día.


Según la tradición cristiana, San Antón ó San Antonio Abad, ó Magno, nació en Koma (Alto Egipto, 251-356). Fue el primer anacoreta cristiano y es considerado como el patriarca de la vida monástica.

Padeció en el desierto fuertes tentaciones del demonio. Su fiesta se celebra el 17 de enero, y sus restos se veneran desde el siglo XV en St. Julián de Arlès. La iconografía popular lo representa como un viejo con una larga barba blanca, apoyado en un bastón en forma de muleta, con una esquila atada y con uno o más cerdos a los pies.

En el desarrollo del culto tributado a San Antón es necesario individualizarlo en dos aspectos diferentes: uno relacionado con el fuego y las propiedades curativas a él atribuidas, y otro que pone el acento en la función tutelar del santo con respecto a los animales.

Probablemente, uno de los factores del desarrollo en Occidente del culto popular a San Antón se deba a la creencia de sus virtudes curativas sobre el Herpes-Zoster, también llamado fuego sagrado ó fuego de San Antón, enfermedad que afecta a las células nerviosas y se manifiesta con fenómenos epidémicos localizados por todo el sistema nervioso. También suele ser invocado contra la peste, el escorbuto y otras enfermedades que tienen manifestaciones análogas al fuego de San Antón. Tal vez, con este aspecto tenga relación la costumbre de levantar grandes piras de leña a las que se prende fuego la noche del 17 de enero: las hogueras y lumbres de San Antón, que se extienden por muchos pueblos del país.

Alrededor de las lumbres, levantadas en las plazuelas y en las esquinas se forman corros o círculos de personas unidas por las manos, que giran en torno a la hoguera al tiempo que se cantan viejas canciones populares, como aquella de: la lumbre de San Antón, que salga la vieja del rincón… llamando a los ancianos guarecidos del frío invernal al calor protector del fuego; ó también, cantando en un tono festivo la coplilla de: Antón, Antón, Antón pirulero/ cada cual/ cada cual/ aprenda su juego/ y el que no lo aprenda/ pagará una prenda...En algunos lugares la gente se arrima a las lumbres y cantan los “melenchones”, cuyas letras casi siempre picantes, cuentan lances amorosos sucedidos, hasta el extremo de que algunas de ellas llegan a ser crónicas expresivas de la vida cotidiana.

El corro es fundamental en todos los festivales conmemorativos del paso de las estaciones, mágicos rituales en los que se adoraba al Sol y a la Luna, círculo protector dibujado en las cavernas paleolíticas, en el que los participantes tomados de las manos, daban vueltas imitando el movimiento de los astros. Posteriormente cuando las llaman bajan y sólo quedan las brasas, los más atrevidos saltan sobre ellas, incluso con animales, montados en ellos, o con ellos acuestas, que de todo hay. Todo ello acompañado de petardos y fuegos de artificio de poca monta. Toda esta relación con el fuego puede tener conexión con una supervivencia del culto pagano tributado a Prometeo, que era, entre los griegos, una divinidad del fuego.

En cuanto a la función tutelar sobre los animales, ésta se centra principalmente en el cerdo, extendiéndose también al resto de animales domésticos. En muchos lugares, se celebra una cabalgata en la que aparecen muchos animales que son bendecidos en las iglesias. El origen de esta protección puede ser la fundación en el siglo XI en Vienne, Francia, de la Orden Hospitalaria de los Antonianos, para atender un hospital allí fundado, al cual aseguraban su subsistencia unos cerdos que los religiosos criaban vagabundeando por las calles y alimentados por los vecinos. Es posible que debido a esta ocupación de los Antonianos, se pusiera bajo la protección de San Antón primero a los cerdos y luego, por extensión, a todos los restantes animales domésticos.

San Antón es además protector de muchas actividades, aparte de la crianza de animales. Guanteros, tejedores y esquiladores se pusieron bajo su advocación. Lo mismo los carniceros y los tocineros. Los cesteros se pusieron bajo su tutela porque el santo se dedicaba en el desierto a fabricar cestos para combatir el ocio, mientras que los sepultureros lo hicieron apoyándose en el hecho de que San Antón preparó la sepultura del eremita Pablo.

¿Hay quién de más?



























8 comentarios:

Anónimo dijo...

este san Anton es un fenómeo, no sabía nada del tema.


un abrazo,

pepe.

La Cibeles dijo...

¿Cómo que no sabías nada? ¿No serás de esos que tienen los calendarios sin santos y sin lunas? Porque así no se puede vivir...

;-)

Sin ciclos, sin ritos, la vida sería como la eternidad...insoportable...

Anónimo dijo...

con lunas si, pero con santos...me temo que no.

y digo yo para que sirven los santos?

aún no lo se.
debe ser uno de los sintomas de la crisis.

es broma.. un abrazo.

La Cibeles dijo...

Saber la luna sirve para cortarse el pelo, plantar,.. y multitud de cosas más...saber los santos sirve para saber que estamos celebrando...y cuándo...fundamental...importantísimo situarse en el cosmos..."tienes derecho a existir"...tu verás, pero la crisis te quita mucha energía...

Anónimo dijo...

Las colas en las Iglesias...


Como todos los Santos... :-)
Una idealización de un personaje con el fin de evangelizar a sus contemporáneos


Las nueve virtudes que llevaron a los altares a Antonio Abad (Humilde, paciente, modesto, casto, prudente, misericordioso, celoso, amoroso y constante.

Neoplatonismo en peso pa'echarlo a la buchaca de las leyendas cristianas..., en fin Platón también bebió de diversas fuentes :-)

Suma y sigue

La Cibeles dijo...

...yo de quién soy devota es de San Judas Tadeo, que hace milagros por un tubo y rapidito...

...podéis probar, l@s incrédul@s...


:-)


...pero estar preparados que he dicho rapidito...

Paco dijo...

No sé..., pero antes que de San Judas Tadeo, que lo vende todo, me quedo con San Antón...
SALUDOS

La Cibeles dijo...

...cosa de gustos...y resultados...

;-)