domingo, 27 de enero de 2008

MADRILEÑAS


«La maja —lo sabrán más tarde los artilleros— se llama Ramona García Sánchez, tiene treinta y cuatro años y vive en la cercana calle de San Gregorio. Al poco rato la releva un artillero. No es la única que en este momento participa en el combate. La inquilina del número 11 de la calle de San José, Clara del Rey y Calvo, de cuarenta y siete años, ayuda al teniente Arango y al artillero Sebastián Blanco a cargar y apuntar uno de los cañones, en compañía de su marido, Juan González, y sus tres hijos. Otras mujeres traen cartuchos, vino o agua para los que pelean. Entre ellas está la joven de diecisiete años Benita Pastrana, vecina del barrio, que salió a la calle al saber herido a su novio Francisco Sánchez Rodríguez, cerrajero de la plazuela del Gato.

También combaten la malagueña Juana García, de cincuenta años; la vecina de la calle de la Magdalena Francisca Olivares Muñoz; Juana Calderón, que tumbada en un zaguán carga y pasa fusiles a su marido José Beguí; y una muchachita quinceañera que cruza a menudo la calle sin inmutarse por las descargas francesas, llevando en el delantal munición para su padre y el grupo de paisanos que disparan contra los franceses desde el huerto de las Maravillas, hasta que en una descarga cerrada cae muerta por una bala. El nombre de esta joven nunca llegará a saberse con certeza, aunque algunos testigos y vecinos afirman que se llama Manolita Malasaña».



Un día de cólera
Arturo Pérez-Reverte
Páginas 221 y 222
Editorial Alfaguara





















http://madrid2demayo.es/
http://www.undiadecolera.com/index.php
http://es.wikipedia.org/wiki/Manuela_Malasa%C3%B1a

4 comentarios:

Anónimo dijo...

buenos días, seguro que se te pegaron las sabanas.,..

que pases un buen día.

pepe,


me leí el libro por navidades, esperaba algo mas...

Anónimo dijo...

ahhhhhhh, Obama barre en Carolina,,,se pone interesante.

un abrazo pepe.

La Cibeles dijo...

...pues yo no lo he leído aún...supongo que depende de las prisas con las que se haya escrito...

...no me da tiempo a que se me peguen las sábanas...es que , por momentos, vivo en el mundo real...

:-)

Anónimo dijo...

El libro es un paseo estresante, una encíclica de reconocimiento a ciudadanos anónimos y un recordatorio acerca de la transformación orgiástica de la Paz en Guerra:

Beirut, Irak entero, mañana podríamos volver a vernos en un tris así...


Semus brutus y patanes, sólo nos queda la dignidad..., otros partisanos más :-)